En el principio fue el verde: nuestros ojos recorrían la inmensidad vegetal. Todo era nuestro: los árboles, sus frutos, el ágil guasuncho, el vuelo de las aves, el rugir del puma…estaba todo dentro de nuestra piel.
Mi tierra no tiene tiempo, porque mi tierra es eterna:
Nació allá en los umbrales de las montañas de menta,
y bajó a beber el río, y se quedó en su rivera.
Se hizo amiga de los riachos, del sol y de las palmeras,
nos engendró con la lluvia, nos regaló su belleza;
y no extrañó a las montañas que le pedían que vuelva.
Nuestra madre nos dio frutos, nos rodeó de alimentos;
Nos dio soles, también lunas, nos abrigó con el viento
Nosotros SOMOS la tierra: sin la tierra estamos muertos.
La tierra no es sólo tierra, sino nuestro FUNDAMENTO.
Ellos llegaron un día contando que su Dios los había hecho de barro: eso ya lo sabíamos. Lo que ellos no sabían es que nosotros seguimos siendo la tierra.
Ellos nunca lo entendieron, corazones de madera;
Y llenaron de alambrados nuestros caminos de greda.
El viento se lastimaba con sus puas traicioneras.
Trajeron algodonales, llamaron a la cosecha,
Decían que nos pagaban y sólo daban miserias.
Nos regalaron el hambre, robando nuestras riquezas.
Mi tierra no tiene tiempo, porque mi tierra es eterna:
Nació allá en los umbrales de las montañas de menta,
y bajó a beber el río, y se quedó en su rivera.
Se hizo amiga de los riachos, del sol y de las palmeras,
nos engendró con la lluvia, nos regaló su belleza;
y no extrañó a las montañas que le pedían que vuelva.
Nuestra madre nos dio frutos, nos rodeó de alimentos;
Nos dio soles, también lunas, nos abrigó con el viento
Nosotros SOMOS la tierra: sin la tierra estamos muertos.
La tierra no es sólo tierra, sino nuestro FUNDAMENTO.
Ellos llegaron un día contando que su Dios los había hecho de barro: eso ya lo sabíamos. Lo que ellos no sabían es que nosotros seguimos siendo la tierra.
Ellos nunca lo entendieron, corazones de madera;
Y llenaron de alambrados nuestros caminos de greda.
El viento se lastimaba con sus puas traicioneras.
Trajeron algodonales, llamaron a la cosecha,
Decían que nos pagaban y sólo daban miserias.
Nos regalaron el hambre, robando nuestras riquezas.
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