Treinta mil son las voces que saludan,
en la tumba que encierra la conciencia,
en la noche temblorosa de lápices oscuros
terribles resonaron los gritos en los muros.
Dolorosos y rendidos sin piedad,
vencidos por la fuerte tempestad,
escupiendo al represor,
llorando a los que no estan,
el pueblo Argentino no se olvida la verdad.
Si los cuervos desgarraron nuestra entraña,
muere injusto nuestro honor
y nos roban la razón,
ahora impunes los declaran asesinos de la Nación.
Treinta mil son las voces que saludan
y que siempre vivirán en nuestro corazón.
Treinta mil son las voces que saludan
y que siempre vivirán en nuestro corazón.
en la tumba que encierra la conciencia,
en la noche temblorosa de lápices oscuros
terribles resonaron los gritos en los muros.
Dolorosos y rendidos sin piedad,
vencidos por la fuerte tempestad,
escupiendo al represor,
llorando a los que no estan,
el pueblo Argentino no se olvida la verdad.
Si los cuervos desgarraron nuestra entraña,
muere injusto nuestro honor
y nos roban la razón,
ahora impunes los declaran asesinos de la Nación.
Treinta mil son las voces que saludan
y que siempre vivirán en nuestro corazón.
Treinta mil son las voces que saludan
y que siempre vivirán en nuestro corazón.
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