Era necesario respirar
para mirar alrededor,
paseo por La Habana
y un café frente al Malecón.
Comienzan los recuerdos,
las espinas afloran en mi interior,
todo lo que no se atiende,
tarde o temprano, reaparece.
Pero nos miramos, vaya año pasamos,
a ver si remontamos
sin dedicarle más tiempo
y el mundo está lleno
de mujeres y hombres buenos.
Así que le canto a los valientes
que llevan por bandera la verdad,
a quienes son capaces
de sentirse en la piel de los demás.
Los que no participan de las injusticias,
no miran a otro lado,
los que no se acomodan
y los que riegan siempre su raíz.
A ti, mi compañero, que me tiendes la mano,
que es tu corazón bondad,
me estudias con curiosidad, me miras con respeto
y besas con cariño cada parte de mi cuerpo.
Tienes en los ojos girasoles,
y cuando me miras soy la estrella que más brilla.
Cuando ríes se ilumina todo el techo,
ya duermo tranquila, siento tanta calma dentro.
Y, tienes en los ojos girasoles,
y cuando me miras soy la estrella que más brilla.
Cuando ríes se ilumina todo el techo,
ya duermo tranquila, siento tanta calma dentro.
Es necesario revivir
para poder saborear,
encajo las ideas,
reflexión para mejorar.
Antes de un gran impulso
doy un paso pequeñito para atrás.
Todo lo que no atendí
vuelve siempre a resurgir.
Pero sonreímos, vaya si vivimos
todo lo que aprendimos,
no le dedicaré más tiempo, pues,
el mundo está lleno de mujeres
y hombres buenos.
Así que le canto a los coherentes,
a los humildes que buscan la paz,
a los seres sensibles
que cuidan de otros seres y saben amar.
A todos los que luchan por nuestros derechos,
miran a todo hombre igual,
a quienes no me juzguen
y quien esté dispuesto a compartir.
A ti, mi compañero, que tienes alma pura,
que es tu corazón bondad,
respetas mi espacio vital, me escuchas bien atento
y besas con cariño cada parte de mi cuerpo.
Tienes en los ojos girasoles,
y cuando me miras soy la estrella que más brilla.
Cuando ríes se ilumina todo el techo,
ya duermo tranquila, siento tanta calma dentro.
Y, tienes en los ojos girasoles,
y cuando me miras soy la estrella que más brilla.
Cuando ríes se ilumina todo el techo,
ya duermo tranquila, siento tanta calma dentro.
El progreso de la condición humana
requiere, inapelablemente, que exista gente
que se sienta, en el fondo feliz,
en gastar su vida al servicio del progreso humano. [1]
para mirar alrededor,
paseo por La Habana
y un café frente al Malecón.
Comienzan los recuerdos,
las espinas afloran en mi interior,
todo lo que no se atiende,
tarde o temprano, reaparece.
Pero nos miramos, vaya año pasamos,
a ver si remontamos
sin dedicarle más tiempo
y el mundo está lleno
de mujeres y hombres buenos.
Así que le canto a los valientes
que llevan por bandera la verdad,
a quienes son capaces
de sentirse en la piel de los demás.
Los que no participan de las injusticias,
no miran a otro lado,
los que no se acomodan
y los que riegan siempre su raíz.
A ti, mi compañero, que me tiendes la mano,
que es tu corazón bondad,
me estudias con curiosidad, me miras con respeto
y besas con cariño cada parte de mi cuerpo.
Tienes en los ojos girasoles,
y cuando me miras soy la estrella que más brilla.
Cuando ríes se ilumina todo el techo,
ya duermo tranquila, siento tanta calma dentro.
Y, tienes en los ojos girasoles,
y cuando me miras soy la estrella que más brilla.
Cuando ríes se ilumina todo el techo,
ya duermo tranquila, siento tanta calma dentro.
Es necesario revivir
para poder saborear,
encajo las ideas,
reflexión para mejorar.
Antes de un gran impulso
doy un paso pequeñito para atrás.
Todo lo que no atendí
vuelve siempre a resurgir.
Pero sonreímos, vaya si vivimos
todo lo que aprendimos,
no le dedicaré más tiempo, pues,
el mundo está lleno de mujeres
y hombres buenos.
Así que le canto a los coherentes,
a los humildes que buscan la paz,
a los seres sensibles
que cuidan de otros seres y saben amar.
A todos los que luchan por nuestros derechos,
miran a todo hombre igual,
a quienes no me juzguen
y quien esté dispuesto a compartir.
A ti, mi compañero, que tienes alma pura,
que es tu corazón bondad,
respetas mi espacio vital, me escuchas bien atento
y besas con cariño cada parte de mi cuerpo.
Tienes en los ojos girasoles,
y cuando me miras soy la estrella que más brilla.
Cuando ríes se ilumina todo el techo,
ya duermo tranquila, siento tanta calma dentro.
Y, tienes en los ojos girasoles,
y cuando me miras soy la estrella que más brilla.
Cuando ríes se ilumina todo el techo,
ya duermo tranquila, siento tanta calma dentro.
El progreso de la condición humana
requiere, inapelablemente, que exista gente
que se sienta, en el fondo feliz,
en gastar su vida al servicio del progreso humano. [1]
[1] Pepe Mujica
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