22 de agosto del 78
en este corrido se los cuento yo
noticias llegadas desde Nicaragua
cuentan que en Managua la cosa empezó.
25 compás con los uniformes
de los genocidas de Tacho “El Chigüín”
entraron muy serios al mero Palacio
donde sesionaba el congreso feliz.
Ya los diputados y los senadores
estaban metidos en plena infanzón
manteniendo al filo de leyes funestas
un brutal sistema de ruin opresión.
El tremendo susto de los congresales
cuando la metralla furiosa bramó
ese mismo día la ciudadanía
por primera vez la verdad sesionó.
Algunos ingenuos no entendían mucho
pero se quitaron la duda ahí nomás
cuando un rojinegro pañuelo en el cuello
les hablaba claro de la identidad.
Ahí estaban todos temblando de miedo
Luis Payáis de Baile y Pancito Argenial,
todos preocupados rezando el rosario
porque son los cómplices del caporal.
Dicen que Somoza pegó un brinco padre
cuando le contaron todito el pastel
igualito a un león encerrado en su jaula
fumaba y fumaba sin saber que hacer.
47 horas es espera angustiosa,
25 compás listos a morir
si Tacho no acepta los puntos del Frente
los peces más gordos se truenan allí.
Pasados dos días del operativo,
en este corrido se los cuento yo,
Somoza se daba contra las paredes
y contra su gusto el negocio aceptó.
De la celda oscura salieron los presos,
adelante de ellos camina Tomás,
con la decisión de seguir el proceso
siempre hacia adelante, sin ver para atrás.
Bájate del nido cantor zanatillo,
repite conmigo este hermoso cantar:
Que viva la patria de Augusto Sandino
que marcha seguro a la recta final.
en este corrido se los cuento yo
noticias llegadas desde Nicaragua
cuentan que en Managua la cosa empezó.
25 compás con los uniformes
de los genocidas de Tacho “El Chigüín”
entraron muy serios al mero Palacio
donde sesionaba el congreso feliz.
Ya los diputados y los senadores
estaban metidos en plena infanzón
manteniendo al filo de leyes funestas
un brutal sistema de ruin opresión.
El tremendo susto de los congresales
cuando la metralla furiosa bramó
ese mismo día la ciudadanía
por primera vez la verdad sesionó.
Algunos ingenuos no entendían mucho
pero se quitaron la duda ahí nomás
cuando un rojinegro pañuelo en el cuello
les hablaba claro de la identidad.
Ahí estaban todos temblando de miedo
Luis Payáis de Baile y Pancito Argenial,
todos preocupados rezando el rosario
porque son los cómplices del caporal.
Dicen que Somoza pegó un brinco padre
cuando le contaron todito el pastel
igualito a un león encerrado en su jaula
fumaba y fumaba sin saber que hacer.
47 horas es espera angustiosa,
25 compás listos a morir
si Tacho no acepta los puntos del Frente
los peces más gordos se truenan allí.
Pasados dos días del operativo,
en este corrido se los cuento yo,
Somoza se daba contra las paredes
y contra su gusto el negocio aceptó.
De la celda oscura salieron los presos,
adelante de ellos camina Tomás,
con la decisión de seguir el proceso
siempre hacia adelante, sin ver para atrás.
Bájate del nido cantor zanatillo,
repite conmigo este hermoso cantar:
Que viva la patria de Augusto Sandino
que marcha seguro a la recta final.
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