Un giudice
Fabrizio De AndréTradução portuguesa de Riccardo Venturi 11-7-2013 | |
EL JUEZ | UM JUIZ |
Qué quiere decir ser de metro y medio de estatura, te lo dicen los ojos y las bromitas de la gente, o la curiosidad de una muchacha irreverente que se te acerca sólo por una duda impertinente: quiere saber si es cierto lo que se dice de los enanos, que son los más dotados de una virtud poco aparente, una de las virtudes más indecentes. | O que significa ter um metro e meio de estatura lhe revelam os olhos e as piadas da gente ou a curiosidade de uma moça irreverente que só se aproxima por uma dúvida impertinente: quer descobrir se é verdade o que dizem sobre os anões que são os melhor dotados da virtude menos aparente, dentre todas as virtudes a mais indecente. |
Pasan años y meses, y si los cuentas hasta minutos, es triste llegar a adultos siendo siempre diminutos; y la calumnia sigue, con una voz que resuena duro, diciendo que el enano es una mierda de seguro, pues tiene el corazón muy cerca del hueco del culo. | Passam os anos, os meses e, se contar, também os minutos é triste encontrar-se adulto sem ter crescido. A maledicência insiste, bate a língua sobre o tambor até dizer que um anão é com certeza uma carniça porque tem o coração muito, muito próximo ao buraco da bunda. |
Fueron noches de insomnio velando a la luz del rencor en que trabajando duro, llegué al fin a procurador. Pa' recorrer la calle que de los bancos de una catedral, lleva a la sacristía y hasta la cátedra de un tribunal; soy un juez, finalmente, árbitro en tierra del bien y del mal. | Foi nas noites insones, velando à luz do rancor que preparei os exames e tornei-me procurador para pegar a estrada que dos bancos de uma catedral leva à sacristia, então à cátedra de um tribunal, finalmente juiz, árbitro em terra do bem e do mal. |
Y entonces de mi estatura, nunca más, nadie se reiría; menos quien en la corte me llamaba "Su Señoría". Haberlo condenado fue para mí un gran placer, antes de despedirlo cuando no habría de volver. Nunca la estatura de Dios supo conocer. | E então a minha estatura não gerou mais humorismo em quem de pé, perante mim me chamava "Meritíssimo", e confiá-los ao carrasco foi um prazer muito especial antes de me ajoelhar na hora do adeus não conhecendo absolutamente a estatura de Deus. |