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Amerigo

Francesco Guccini
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Versione spagnola di José Antonio
AMERIGO

Il sortit sans doute en fermant la porte verte derrière lui
Quelqu'un s'était levé pour lui préparer en vitesse un café d'orge
Je ne sais s'il se retourna, ce n'était pas le genre d'homme qui se perd
En nostalgie de riches et il poursuivit son chemin sans peine.

Quand je l'ai connu, ou que je me le rappelle, il était déjà vieux,
Ou à ce qu'il me semblait, mais alors je n'allais pas encore à l'école;
Il portait son crâne rasé et un étrange et mystérieux appareil
Une ceinture herniaire qui ressemblait à une ceinturon pour pistolets.

Mais ce matin-là, il avait le visage de ses vingt ans, sans rides
De la rage et de l'aventure et encore de vagues idées de socialisme.
Des mots durs pour son père et contre les traditions de faim et de vide
Et contre son travail, celui qui brise et tue : son fatalisme.

Mais ce matin-là, il avait ce sentiment nouveau pour la maison et sa mère
Et pour la chasser, il avait mit dans son corps le premier vin d'une cantine
Et il sentait déjà dans son visage l'odeur du Havre, une senteur d'huile et de mer
Et déjà il sentait dans sa bouche le parfum de la poussière de la mine.

L'Amérique était alors, pour moi, les GI de Roosevelt, la cinquième armée
L'Amérique, c'était l'Atlantide, l'Amérique était le cœur, c'était le destin;
L'Amérique, c'était Life, des sourires et des dents blanches sur papier glacé;
L'Amérique, c'était le monde de rêve et de mystère de Rintintin.

L'Amérique, c'était alors, pour moi, une province douce, un monde de paix,
Un paradis perdu, une mélancolie subtile, une lente névrose,
Et Gunga Din et Ringo, les héros de Casablanca et de Fort Apache,
Un long rêve, le son continu et obsédant que fait la Limentra.

Je ne sais comment il vit New-York quand le navire lui offrit un matin:
Le bois des gratte-ciel, la ville de la merde et des rues, des hurlements, château !
Et Pàvana, un souvenir abandonné parmi les châtaigniers de l'Appennin
L'anglais, un son étrange qui le blessait au cœur comme un couteau.

Puis, ce fut travail et sang, et ce fut une peine égale du soir au matin
Pendant des années prison, bière, putains et jours à la suite,
Dans la mine, avec des nègres, des Irlandais, des Polonais et des Italiens,
En Pennsylvanie, Arkansas, Tex, Missouri : sueur d'anthracite.

Il revînt comme beaucoup avec deux sous et sa jeunesse enfuie désormais.
L'Amérique était un coin, l'Amérique était une ombre, une brume qui se défait.
L'Amérique était une hernie, un jeu parmi ceux que nous joue la vie,
Et dire boss pour chef, et ton pour tonne et raïf pour fusil.

Quand je l'ai connu, ou que je me le rappelle, il était déjà âgé;
Méprisant comme les jeunes, je le poussais de côté sans le regarder.
Et je ne comprenais pas que cet homme était mon miroir, était mon visage,
Jusqu'à ce que dans le visage de tout le monde, je rencontre son visage.

Jusqu'à ce que dans le visage de tout le monde, je rencontre son visage.
Jusqu'à ce que dans le visage de tout le monde, je rencontre son visage.
Jusqu'à ce que dans le visage de tout le monde, je rencontre son visage.
AMERIGO

Probablemente salió, cerrando tras de sí la puerta verde;
alguien se había levantado a prepararle deprisa, un café de cebada.
No sé si se volvió, no era la clase de hombre que se pierde
en nostalgias de ricos, y se alejó por su camino sin esfuerzo.

Cuando lo conocí, o inicio a recordarlo, ya era viejo,
o así me parecía a mí, que ni siquiera aún tenía edad para ir a la escuela;
Llamaba la atención su cabeza rapada (2) y un aparato misterioso y extraño:
un braguero (3) que parecía una funda para la pistola,

pero aquella mañana tenía el rostro de los veinte años, sin una arruga,
y rabia y aventura, y aún vagas ideas de socialismo (4).
Atrás dejó los duros enfrentamientos con el padre y una tradición de hambre y fugas,
y un fatalismo hacia el trabajo que lo exasperaba hasta la muerte.

Pero aquella mañana tenía un sentimiento nuevo hacia su casa y su madre
y para ahuyentarlo se metió en el cuerpo el primer vino de una bodega,
y ya sentía en su cara el olor de aceite y mar que se respira en Le Havre, (5)
y ya sentía en su boca el olor del polvo de la mina.

Para mí, por aquel entonces, América era los G.I. de Roosevelt (6), la Quinta armada (7).
América era la Atlántida, América era el corazón, era el destino;
América era "Life", sonrisas y dientes blancos en papel patinado (8);
América era el mundo soñado y misterioso del Pato Donald (9);

América era entonces, para mí, provincia dulce,
mundo de paz, paraíso perdido, sutil melancolía, neurosis lenta,
y Gunga-Din (10) y Ringo (11), los héroes de Casablanca (12) y de Fort Apache (13),
un sueño largo como el sonido continuo y obsesivo del Limentra (14).

No sé que le parecería Nueva York cuando la vio desde el barco que se aproximaba:
bosque de rascacielos, ciudad de excrementos, estrepitosas calles
y Castello (15) y Pàvana, un recuerdo, dejado entre los castaños del Apenino,
el inglés un sonido extraño que lo hería en el corazón como un cuchillo,

y fue trabajo y sangre, y fue fatiga igual mañana y noche,
de negros e irlandeses, polacos e italianos, en la mina
sudor de antracita, en Pensilvania, Arkansas, "Tex", Missouri.

Volvió como muchos, con cuatro duros y la juventud consumida.
América era una esquina, América era una sombra, niebla sutil;
América era una hernia, una broma más de las tantas que nos gasta la vida,
y decir boss por jefe, ton por tonelada, raif por fusil.

Cuando lo conocí, o inicio a recordarlo, ya era viejo;
despreciativo con los jóvenes (16), yo no lo comprendía pese a su cercanía,
y no comprendía que aquel hombre era mi rostro (17), era mi espejo,
hasta que no llegue un tiempo en el que todos nos veamos
frente a frente y lo vuelva a encontrar (18).
(1) Merigo se afeitaba la cabeza completamente, a lo "Yur Brinner". Esta costumbre la habría adquirido en la mina donde con frecuencia, los mineros se afeitan la cabeza para evitar la molestia del polvo del carbón en el pelo.

(2) En la imaginación del niño "Guccini", el braguero que llevaba su tío abuelo para reducir una hernia inguinal, se convertía en la funda de una pistola de algún vaquero de película.

(3) Enrico frecuentaba a Savigni Elivio, alias Livio, un zapatero, y Savigni Amedeo, que tenía una tienda. Se limitaban a jugar a las cartas, beber vino e intercambiarse "vagas ideas de socialismo". Esto bastaba para hacer de ellos y de otros pavaneses, peligrosos subversivos.
Refiere Guccini que en los últimos años de la vida de Merigo, cuando comenzó a tratarlo más profundamente, no se interesaba ya por la política y sus vagas ideas de socialismo se habían transformado en vagas ideas democristianas... "después de la guerra, o eras comunista o eras democristiano. Él, quién sabe porqué, escogió la segunda vía" .

(4) Le Havre, puerto de la costa atlántica de Francia, desde donde embarcó Merigo rumbo a Nueva York. El viaje duraba aproximadamente 30 días.

(5) GI Bill: En Junio de 1944, el 32° presidente americano, Franklin Delano Roosevelt (1882-1945), firmó el acta, Servicemen´s Readjustmente Act, también conocida como Montgomery GI Bill-Active Duty (MGIB), que establecía una serie de medidas especiales para facilitar la transición de los veteranos de la Segunda Guerra Mundial a la vida civil. Estas medidas comprendieron básicamente, préstamos a muy bajo interés para la adquisición de una vivienda, asesoramiento en la búsqueda de empleo, subsidio de 20 dólares semanales durante un año y, becas de estudio.

(6) La Quinta Armada Americana (Fifth Army) desembarcó, bajo la dirección de teniente General Mark W. Clark, en las playas cercanas a Salerno, el 9 de Septiembre de 1943. Junto con la Octava Armada de la Commonwealth, que había desembarcado en Reggio Calabria el 3 de Septiembre de 1943, fueron de capital importancia para vencer a las fuerzas de ocupación nazi en Italia.

(7) "Life", revista americana que se publicó en forma de semanario entre 1936 y 1972; en las portadas de la revista, era frecuente ver rostros sonrientes con dentaduras perfectas.

(8) Pato Donald, personaje de ficción de la productora de Walt Disney, que apareció por primera vez en el año 1934 en el corto animado "The Wise Little Hen"(La Gallinita Sabia). En 1938 el Pato Donald empieza a salir en los periódicos como una tira en blanco y negro y, a partir de 1942, de la mano sobre todo de Carl Barks, tendrá una serie regular de historietas. Refiere Guccini que uno de sus mitos es el Pato Donald de Barks "tengo todo Barks, tanto en inglés como en italiano". Añade Francesco "Barks es un autor infravalorado ... habría que leerlo en inglés... su lenguaje es maravilloso..."
El Pato Donald de Barks es un personaje romántico y misterioso, que con frecuencia vive sus aventuras en enclaves míticos como El Dorado o la Atlántida.

(9) Gunga-Din, película dirigida en 1939 por George Stevens, ambientada en la India, cuando ésta era una colonia del imperio británico y basada en un poema de Rudyard Kipling.

(10) Ringo Kid es el actor John Wayne en la película de 1939 "La diligencia" (the stagecoach), dirigida por John Ford. Es en esta película precisamente donde comienza la carrera estelar de John Wayne, interpretando a un pistolero obsesionado con la idea de la venganza y redimido en el último momento por una exprostituta. Refiere Guccini que " en esta película está todo el género del western: el predicador, el borracho, la prostituta y los indios, ¡ no olvidemos a los pobres indios !".

(11) Casablanca, película americana de 1943, dirigida por Michael Curtiz y protagonizada por Humphrey Bogart, Ingrid Bergman y Paul Henreid.

(12) Fort Apache, película dirigida en 1948 por John Ford, en la que se describe la vida en un fuerte de la Caballería Americana, constantemente hostigado por los Apaches.

(13) Torrente próximo a Pàvana, afluente del río Reno

(14) Probablemente se refiere a Castello de Sambuca, localidad próxima a Pàvana.

(15) Decía un Amerigo anciano "pòra gioventù" ( ¡Pobre juventud! ), cuando con 70 años, él podía aún levantar un saco de un quintal, mientras que Guccini, mucho más joven, era incapaz.

(16) Las esperanzas que albergaba Merigo al partir hacia América, no se vieron colmadas y, al cabo de los años y de mucho trabajo, regresó a Italia "con cuatro duros y la juventud consumida". Este ciclo de esperanza-desilusión, es el mismo que ,años más tarde, sufrirá Guccini; así, en su infancia y primera juventud, América representa una "provincia dulce", "mundo de paz". Después, años más tarde, cuando viaja a Estados Unidos, conocerá otra América , muy hipócrita, que le desilusionará.
Dice Guccini: "Mi generación ha sido muy influenciada por América ... crecí en la postguerra, cuando preponderaba la cultura americana ... el cine y la música eran casi completamente americanos ; en la mente de los jóvenes existía el concepto del gran sueño americano, cultivado también al aproximarnos a la literatura angloamericana. Yo, para que me entienda, ya entonces en la escuela estudiaba inglés... y en el año 65 comencé a enseñar italiano en la Universidad Americana de Bolonia, un mes al año, septiembre, hasta el año 85 ". Pero, Guccini se fue desilusionando: "Al principio estaba lleno de entusiasmo. El ápice fue en el 69-70 pero luego, poco a poco, se fue manifestando el gap cultural que existe entre ellos y nosotros. No soportaba una cierta forma de ser, de comportarse. Incluso ahora, cuando voy a ver una película americana, no aguanto ciertos clichés".
A Guccini le molesta profundamente de los americanos "el modo de ser, el modo de comunicar, sus frases hechas, el arribismo, la gran fachada de hipocresía...".
Guccini dice "sí, me he alejado verdaderamente mucho... aunque es evidente, que no hay que generalizar nunca ... pero considero, que las cosas que me molestan de ellos son más relevantes que los aspectos positivos ".

(17) Preguntado Guccini sobre su opinión del "más allá" responde: "Racionalmente digo no, no hay nada pero mi inconsciente replica ¡ pero quién sabe!". Se debe volver de alguna manera, aunque no sea en forma humana, como por ejemplo, en forma de hoja, de agua o de viento.
Sobre este tema, dice Guccini en otra entrevista, que es ateo hasta que llega a Pàvana; una vez allí piensa que debe haber algún lugar en el más allá donde todos sus paisanos se vuelvan a reunir. Este mismo concepto se repite en las estrofas finales de la canción Van loon.


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